La industria metalúrgica atraviesa un momento crítico, con cifras que confirman un marcado retroceso en su actividad, ya que en agosto la producción registró una caída interanual del 6,1% y un descenso mensual del 2,3%, estacionándose en niveles históricamente bajos.

La utilización de la capacidad instalada se desplomó 3,2 puntos porcentuales en comparación con el mismo mes de 2024, situándose en un precario 44,8%. Este valor se equipara a los niveles de marzo a junio de 2020, en plena pandemia, reflejando la magnitud de la crisis, según el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Argentina

El retroceso se sintió con especial fuerza en los sectores más rezagados, que profundizaron su caída. Las autopartes registraron una baja del 12,6%, la fundición cayó un 14,4% y los bienes de capital un 8,1%.

Asimismo, distintos rubros como Otros productos de metal (7,1%), Equipos y aparatos eléctricos (3,4%) y Equipamiento médico (1,6%) también sufrieron importantes descensos.

A nivel provincial, la situación no es mejor por situaciones como las de Córdoba que profundizó su caída con un retroceso del 4,5%, mientras que Mendoza (-4,4%) y Entre Ríos (-2,7%) confirmaron la fragilidad de su recuperación económica.

El impacto de esta crisis se extiende al mercado laboral. El empleo metalúrgico registró una caída interanual del 2,9% y un retroceso mensual del 0,5% respecto a julio.

Las perspectivas para el futuro son sombrías, puesto que el 74,4% de las empresas anticipa que su producción se mantendrá sin cambios o incluso disminuirá, lo que sugiere que el sector aún no ha tocado fondo.

Este panorama genera una gran incertidumbre sobre el futuro de una de las industrias clave para la economía argentina.